Errar, también es ganar; asegurar un poco tu propio destino.
La vida nos enseña más cuando nos equivocamos que cuando triunfamos sin esfuerzo. Al compartir experiencias sobre errores en nuestro camino, podemos afirmar que se disfruta más de la gloria cuando hemos fallado antes. Cuando se descubre la otra cara de la moneda, se reciben con más entusiasmo los frutos de haber recorrido un largo camino. Lo que en definitiva reduce al éxito personal a sentir y vivir firmemente, mientras se sobreponen los obstáculos.
Y es en este recorrido profundo por las distintas orillas de la existencia, donde el conocimiento más cercano y próximo sobre la realidad nos demuestra que una mala situación, ciertamente puede ser lo mejor que nos haya podido pasar. Y aunque suene a retorica o palabrería barata, este sentido, de saber cómo y cuando reponerse de las dificultades, es de lejos el referente que más se repite a lo largo de la historia en los personajes de reconocimiento mundial.
Al intentar alcanzar un logro o desarrollar un proyecto que exige mucho esfuerzo y concentración en poco tiempo, es fácil perder el foco y cometer errores durante el proceso. Si de repente, en vez de ganar, lo pierdes todo, suele revisarse apresuradamente qué salió mal o analizar sin mucha atención los factores que dificultaron alcanzar el objetivo. Y aquí entiendes que el mundo aprovecha estas situaciones para subrayar y generar el caos, fomentando la entropía natural. De modo que, es en este momento donde se debe ser consciente y contar con cabeza fría para volver a tomar impulso y reconfigurar la acción a emprender.
Es entonces, la invitación a no abandonar los ideales y metas, como acto seguido a la derrota en batalla. Es una oportunidad para replantear las estrategias, aprendiendo de los errores cometidos durante el proceso. No importa cuan fuerte sea el golpe, lo importante es volver a levantarse cada vez con más fuerza , y aunque parezca frase cajón, estas palabras tienen un efecto altamente positivo en tu mente. Te permiten descifrar que en definitiva errar, también es ganar; asegurar un poco tu propio destino.
Al final, luego de enfrentar los avatares, lograras comprender que las derrotas más grandes, suelen ser el detonante de la firmeza y del carácter necesario para conquistar la verdadera alegría del triunfo.